Los profesionales en la industria de arquitectura, ingeniería y construcción (AEC) son muy conscientes de los problemas que afectan el entorno construido. Es un hecho común que la industria de la construcción es el mayor consumidor de materiales y es responsable del 40% de todas las emisiones de carbono. El trabajo de construcción también es un gran generador de residuos y podría beneficiarse enormemente de los principios del diseño circular. Casi tres cuartas partes de todos los proyectos de construcción tienden a exceder el presupuesto, y casi la mitad del gasto en edificios se destina a los costos generales. En un mundo acelerado con desafíos multifacéticos, la tecnología y la digitalización buscan ofrecer soluciones significativas.
La industria de la construcción ha sido notoriamente lenta para adaptarse a la ola de digitalización que se extiende por diversos campos. En 2015, McKinsey publicó su índice de digitalización y ubicó a la industria de diseño y construcción en el último lugar en el progreso hacia la digitalización. La fuerza laboral en el sector de la construcción está envejeciendo, aumenta la demanda y complejidad de los proyectos, y la productividad de los empleados está disminuyendo. A pesar de que la industria se ve afectada por la renuencia y la incertidumbre, la presión digital se intensifica.
¿Qué es la tecnología arquitectónica?
Reconociendo la importancia de aprovechar la tecnología en la era digital, la tecnología arquitectónica ha surgido como una disciplina que examina cómo interactúan la tecnología y el diseño. La disciplina relativamente nueva se ocupa de la anatomía y fisiología de los edificios y de su producción y rendimiento. En la intersección del diseño, la ingeniería y la ciencia, la tecnología arquitectónica busca automatizar y mejorar el proceso de diseño para acelerar la construcción, apoyar la gestión y garantizar el alto rendimiento de materiales, sistemas y estructuras. La digitalización del proceso arquitectónico se relaciona con la producción, el rendimiento, la sostenibilidad ambiental y la eficiencia económica.
La tecnología arquitectónica es una disciplina vasta en sí misma. En la actualidad, innovaciones como el Modelado de Información de Construcción (BIM), el diseño computacional, la fabricación robótica, el análisis del rendimiento del edificio y la inteligencia artificial dominan la disciplina. Se están llevando a cabo varios temas de investigación, explorando un futuro en el que la tecnología sea inherente al proceso de diseño.
El uso de la tecnología para lograr la complejidad en las formas arquitectónicas, mejorar la colaboración profesional y utilizar enfoques de diseño rentables son ventajas notables. Las aplicaciones futuras deberán manejar cada vez más grandes cantidades de datos complejos, predecir modelos de diseño, tener en cuenta sistemas regenerativos y combinar la realidad aumentada con el mundo físico.
"A medida que las tecnologías se multiplicaron en número y complejidad, la profesión de la construcción comenzó a fragmentarse", escribe Stephen Emmitt, señalando el inicio de la nueva disciplina en su libro Tecnología arquitectónica: investigación y práctica. Emmitt elabora sobre la relación entre diseño y tecnología, rastreándola hasta la Revolución Industrial. La invención de materiales de construcción como el acero y el concreto reforzado, así como los accesorios mecánicos como los elevadores, desencadenaron la influencia de la tecnología en la arquitectura del siglo XXI.
Algunos profesionales datan el nacimiento de la tecnología arquitectónica en la época de las teorías de Vitruvio sobre el tema. Su clasificación de tipologías de edificios, estilos, materiales y técnicas de construcción tuvo un impacto significativo en el desarrollo de numerosas disciplinas, incluyendo la ingeniería civil, la ingeniería estructural, la tecnología arquitectónica y otras prácticas.
El ladrillo, la piedra, la madera y el acero eran los principales materiales de construcción utilizados hasta el cambio del siglo XX. Los métodos de construcción dependían del trabajo manual, herramientas menos sofisticadas y materiales obtenidos regionalmente. A medida que avanzan las metodologías de arquitectura, es vital un cambio hacia el diseño con tecnología.
La tecnología está cambiando la industria de la arquitectura
La tecnología está cambiando radicalmente la industria AEC tal como la conocemos. El diseño impulsado por datos ha permitido construir edificios que implementan datos de usuario y contexto para lograr eficientemente métricas de rendimiento. Este enfoque permite que las estructuras se construyan de manera más efectiva, que las decisiones se tomen más rápidamente y que los residentes se sientan más cómodos. Los datos son la base del proceso de diseño de WeWork. Las decisiones sobre los sitios de nuevos edificios, la proximidad a servicios, la secuencia de construcción y el diseño interior están guiadas por información adquirida.
Además, los modelos de negocio, los métodos de entrega y los sistemas de comunicación arquitectónicos tradicionales se han orientado hacia el cumplimiento de requisitos específicos y entregables obsoletos. Como resultado, los servicios arquitectónicos enfrentan dificultades en la escalabilidad al tiempo que mantienen la calidad y los plazos del proyecto. Tecnologías como BIM y herramientas de visualización se han convertido en práctica estándar en la industria. En lugar de alterar fundamentalmente el proceso de diseño, han mejorado gradualmente los servicios y modelos de negocio de diseño actuales.
Aunque son posibles miles de nuevos modelos de negocios, actualmente la industria está observando una importancia en empresas enfocadas en proporcionar edificios como productos bajo demanda, como Blockable y Wikihouse, trayendo procesos de construcción de extremo a extremo, como WeWork y Katerra, y creando un mercado de conocimiento para la industria AEC, como Hypar y BuildX.
La tecnología también democratiza el diseño, haciéndolo accesible a audiencias más amplias. Al automatizar y mejorar tareas tradicionales en el proceso de diseño, los costos operativos disminuyen, lo que permite que los servicios de diseño se vuelvan más asequibles. En el futuro, los ciudadanos pueden tener el poder de influir en el diseño y la planificación urbana a través de datos de usuario, revirtiendo el modelo de arriba hacia abajo en el que muchas ciudades están construidas.
La tecnología está cambiando no solo la industria de la arquitectura, sino también el papel de un arquitecto. Los profesionales que de otra manera estaban ocupados con el diseño, el dibujo y el detalle están más comprometidos con el rendimiento, la producción y los procesos de construcción. Los tecnólogos arquitectónicos poseen una comprensión especializada que respalda el diseño de edificios, relacionada tanto con el proceso como con el producto final. Fusionan sin problemas los esfuerzos entre los mundos del diseño y la ingeniería, abogando por el pensamiento holístico y uniendo ideas conceptuales con la ejecución del diseño.
La tecnología demanda nuevas habilidades que cruzan múltiples disciplinas como el análisis de datos, la codificación y la visualización. El papel del arquitecto se vuelve más amplio, lo que les permite colaborar fácilmente con industrias de apoyo. Los datos y el rendimiento coexisten con la intuición y la creatividad en el proceso de diseño, gracias a las tecnologías. La digitalización ayuda a optimizar los flujos de trabajo tradicionales al automatizar tareas repetitivas y descomponer tareas en una experiencia altamente especializada. Así, el diseño interviene en todas las fases del ciclo de vida de la construcción, no sólo al principio.
A medida que se produce la digitalización, el sector avanza hacia un futuro en el que los datos de rendimiento de todos los edificios estén disponibles, los conocimientos profesionales sean de código abierto y estén codificados, y el diseño funcione en plataformas interoperables. Las personas que habitan el entorno construido tendrán más autoridad para influir en los diseños de los edificios. Como resultado, los diseñadores tendrán que ser más proactivos y utilizar un ojo crítico para garantizar que la arquitectura y el diseño se mantienen fieles a sus principios. El próximo gran reto de la industria de la arquitectura es garantizar que las tecnologías disruptivas permitan la creación de lugares y espacios para el bien público.